Una nueva entrega de CINE DE ROMANOS
en ARQVEHISTORIA:
CLEOPATRA (1963)
Cartel promocional |
Esta
superproducción británico-suiza-estadounidense atesora varios records del mundo
del celuloide, una joya como película péplum que casi acaba con la caja de la 20th Century Fox y la vida de Elizabeth Taylor. Más que narrar el
archiconocido argumento de los sendos romances de la reina egipcia con los dos
hombres más poderosos de su tiempo, nos fijaremos en los detalles curiosos que
rodearon la gestación de esta obra, así como las disparidades históricas más
relevantes que contiene. Para saber de sus andanzas reales, os invito a leer la
revisión que hice del personaje en HdH:
En 1960, la 20th Century Fox estaba pasando por
un bache empresarial. Necesitaban una película con la que hacer caja rápida, y
qué mejor para ello que meterse en una revisión de bajo coste de alguna
película atractiva y exitosa, pero al estilo superproducción épica tan al gusto
de la época. La elegida para el re-make
fue la Cleopatra de Cecil B. Demile de 1934. En principio se presupuestaron dos millones de
dólares para acometer el proyecto, encargándoselo al director Rouben Mamoulian, quien optó por fichar
a la actriz afroamericana Dorothy
Dandridge como Cleopatra, a Peter
Finch como César y Stephen Boyd
como Marco Antonio (un auténtico especialista en el género de capa y espada en
sus tiempos, comparable al actual Orlando Bloom) A los pocos meses de comenzar
el proyecto, la Fox se deshizo de Mamoulian y el reparto abandonó el rodaje para
acometer otros compromisos más lucrativos. Ante aquel temprano fiasco, la
productora contrató al director de origen judío-alemán Joshep L. Mankiewicz, y no reparó en gastos para traerse a la rutilante
estrella del momento, Elizabeth Taylor,
quien firmó un contrato de un millón de
dólares por la película, con una penalización de 50.000 dólares semanales por
demora. La acompañarían en los papeles principales Rex Harrison (C. Julio César), Richard
Burton (Marco Antonio) y Roddy
McDowall (Octavio)
Trailer original de la película
La película empezó a filmarse en Londres, y esta decisión supuso un problema desde el principio. Los decorados, las plantas, y la salud de la Taylor, se vieron muy damnificadas durante el rodaje por el frío y húmedo clima inglés, llegando ésta a tener que ser atendida de urgencia durante un rodaje y teniéndosele que aplicar una traqueotomía para salvarle la vida. En el “Cómo se hizo…” hay planos en los que se ve a Cleopatra en tirantes echando vaho al hablar… algo que no resulta muy egipcio. Seis meses después, viendo que ni el frío remitía, ni Elizabeth Taylor mejoraba, el rodaje se trasladó a Roma y España, con el sobrecoste que ello conllevó (la batalla de Farsalia está rodada en Almería) Como contrapunto a las penalidades que padeció la actriz durante el rodaje, fue por entonces cuando conoció a Richard Burton. El romance del celuloide pronto se trasladó a la vida real, propiciando un escándalo que, al principio, no fue bien visto por la productora.
Al final, y después de tantos inconvenientes y prorrogas, el rodaje duró 14 meses, frente a los escasos dos meses presupuestados, y Mankiewicz le presentó a la Fox una película de seis horas. Aquellos rechazaron inmediatamente su propuesta, proponiéndole cortar dos horas de película. El director, celoso defensor de su trabajo, hizo una contraoferta: partir la película en dos: César y Cleopatra y Antonio y Cleopatra. De nuevo, la Fox dijo que no, esta vez pensando en que alargar la entrada en escena de Richard Burton, siendo titulares su relación amorosa con Elizabeth Taylor, no les convenía para obtener el retorno de la inversión que necesitaban. No era broma, la excesiva demora, los problemas técnicos y de salud y el coste del proyecto en sí se habían tragado ya 44 millones de dólares (en la equivalencia de hoy, sobre 320), y urgía hacer caja, pues peligraba hasta la viabilidad económica de la Fox, asfixiada por tamaño macro-proyecto.
Mankiewicz tuvo que claudicar y la cinta se
estrenó durando 3 horas recortando escenas importantes, pero fue el mayor éxito
de taquilla hasta aquel momento, recaudando 24 millones de dólares en el primer año, un montante astronómico
que no cubría ni la mitad de la inversión. Fue algo así como morir de éxito…
La película no se basa en ninguna novela, sino
en un ensayo llamado “The Life and Times
of Cleopatra”, por lo que los guionistas se limitaron a seguir de cerca los
hechos históricos narrados por los clásicos, pero con algunas licencias. Las
más sonadas son:
·
Marco Vipsanio Agripa no fue almirante de la
armada con C. Julio César, era mucho más joven que el dictador, de la edad de
Octavio, y su amigo personal, y sólo ostento el título de praefectum navis a partir de la guerra en Sicilia contra Sexto
Pompeyo (36-39 a.C.)
·
Imperator no significa
“emperador” con el concepto que hoy manejamos; muchos legados durante la
República lo fueron, y no fueron emperadores. El primer emperador “oficial” fue
Octavio (Augusto); otro error es
concederle el título de dictador a César como algo simbólico; no lo era, César
vivió su último año en Roma como un monarca disfrazado de cónsul.
·
César nunca hubiera tomado en brazos a su hijo bastardo con
Cleopatra, Cesarión. Ello habría
conllevado su inmediata adopción y/o reconocimiento de linaje según la lex romana.
·
Cleopatra jamás pisó el
foro romano. Las leyes de la república impedían a un rey extranjero cruzar el pomerium (una línea indeterminada que
delimitaba el área sagrada de la antigua Roma) César la alojó en su villa del
Tiber, fuera de dichos límites. La dichosa escena costó seis meses de rodar: el
director de fotografía no encontraba el día idóneo, pues la luz natural de Roma
no le convencía…
·
Mobiliario, vegetación y decorados son anacrónicos, así como
el extenso vestuario de la reina (Elizabeth Taylor usó más de 65 diferentes vestidos durante el
rodaje)
Rex Harrison es César |
La Cleopatra que retenemos en nuestros recuerdos |
Recreación del rostro de la verdadera Cleopatra VII |
En youtube tenéis la BSO íntegra de la película
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