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Sagunto en el siglo XIX
Situada en un cerro estratégico entre las últimas estribaciones de la Sierra Calderona y los humedales costeros, la Arse ibera prosperó de tal modo que se sintió suficientemente fuerte como para desafiar a uno de los mayores talentos militares de todos los tiempos: Aníbal Barca.
Pagó cara sus soberbia. Tras ocho meses de duro cerco, los cartagineses entraron al fin en la ciudad en el 219 a.C.
Poco botín obtuvieron, la ciudad fue incendiada por sus propios habitantes, que se inmolaron junto a ella
La Acrópolis desde la Cavea Alta del Teatro
Aquella mítica Arse (conocida desde entonces como Saguntum en las fuentes romanas) pronto se quitó el dominio cartaginés. Publio Cornelio Escipión sacó a los púnicos del territorio y financió su reconstrucción. Tuvo que ser un rápido proceso pues en el 214 a.C. ya tenía el título de Municipium.
Vista del Foro Republicano (en un estado penoso...)
Saguntum Fue objetivo y refugio durante la guerra civil para Sertorio y Pompeyo, pues la ciudad cambió de lealtades durante el conflicto. El 75 a.C. se produyo una gran batalla campal entre las legiones conjuntas de Metelo y Pompeyo contra las tropas rebeles de Sertorio. El combate tuvo que ser encarnizado. Se sabe que el propio Metelo escapó gravemente herido del escenario de la batalla al quedar rodeado por las huestes de Sertorio.
No se sabe el lugar exacto donde tuvo lugar dicha confrontación, pero si todos los historiadores de la Antigüedad la localizan en las cercanías de Saguntum es que estaría a la vista de ésta, quizá entre los términos de Puçol y Rafelbunyol:
Vista de la campiña saguntina desde la Acrópolis (Posible escenario de la batalla de Saguntum)
Después de las guerras civiles llegó la Pax Romana. Esta época de tranquilidad y prosperidad general fue la mejor de Saguntum. Un flamante teatro en la ladera de la ciudad alta, un circo bajo, cerca del Pallantia, la Vía Augusta que pasaba a poca distancia de la ciudad y su feraz campiña que producía grano, aceite,higos y vino en tal cantidad que se exportaba a Italia y el resto del Mare Nostrum.
Una familia saguntina a destacar en esta época son los Baebios, miembros de la aristocracia local. Uno de ellos financió la pavimentación del Foro de su propia pecunia, seguramente para ganarse votos en las elecciones municipales (nada nuevo bajo el sol)
El teatro de Saguntum estuvo en activo hasta la terrible crisis del siglo III. La paralización del comercio, la despoblación de las ciudades y la primera incursión germánica en tierras valencianas hicieron que los propios saguntinos tuviesen que recurrir a él para poder reconstruir las murallas. Hoy podemos volver a disfrutar de él gracias al programa Sagunt a Escena, un festival de teatro que cada Agosto revive las piezas clásicas que estas venerables piedras ya contemplaban hace casi dos mil años...
Vista de Saguntum desde la Marjal dels Moros (Puçol) y la ensenada del Grau Vell en la que destaca la torre defensiva del siglo XV.
A casi dos mille passuum de Saguntum se encontraba el puerto comercial de la ciudad, donde estaban los comerciantes, almacenes, atarazanas, temopolios, templetes, lupanares y demás atractivos portuarios universales.
Un lugar descrito con magia y detalle por D. Vicente Blasco Ibáñez en su "Sónica la Cortesana"
Hoy no queda nada visitable o visible a primera vista...
Placa informativa del yacimiento arqueológico del Grau Vell
Como podemos observar en anteriores artículos, en todo el territorio nacional tenemos una política común de abandono del patrimonio histórico. Este panel lleno de herrumbre es el único referente del presunto yacimiento arqueológico romano del puerto de Saguntum, situado en un camino de cantos rodados a pocos metros del Grau Vell, el triste espectro del viejo puerto en el que una torre defensiva del siglo XV sirve de muro de corral...
Igual, si la Copa América hubiese pasado por aquí... habría un banquito para sentarse a ver la maleza que lo invade todo.
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