MVNICIPVM AVGVSTA BILBILIS
A cerca de 7 Km de la actual Calatayud (Zaragoza) se encontraba Bílbilis, una ciudad celtíbera de la étnia lusona que se convirtió en municipio a finales de la República, después de ser objetivo de unos y otros en la cruenta guerra sertoriana. Tuvo su máximo auge en tiempos de los Julio-Claudios, en el cambio de era, época en que se erigió el Foro, el Teatro y las Termas.
El Teatro
El teatro tenía capacidad para 4.500 expectadores, bastantes más de los que tenía la ciudad, por lo que funcionaba como centro lúdico del territorio. Fue erigido en época del emperador Tiberio y estuvo en funcionamiento hasta la gran crisis del siglo III. En su cavea tenía un templo dedicado a Augusto y Livia, la familia imperial. Hoy sólo queda un triste espectro de su grandiosidad de antaño...
El Foro
Albergaba sobre el cerro el templo de la Triada Capitolina, la Basílica y la Curia, edificios clásicos del centro administrativo y religioso de una ciudad romana. Se accedía a la gran plaza porticada por una rampa que aún se conserva.
Aquí se puede ver una buena recreación en 3D de esta zona de la ciudad:
Las Termas
Construidas durante el siglo I d.C., también fueron expoliadas a conciencia como el resto de edificios de la ciudad. A partir del siglo III d.C. la ciudad se va despoblando gradualmente, quizá tras las algaradas de los francos y la ruralización de la vida romana en época tardoimperial. La vieja Bílbilis sirvió de cantera para la nueva Calatayud medieval.
Gracias a esta excelente recreación de 3D hecha por la Universidad de Zaragoza podemos visitar las termas tal y como las conoció Marco Valerio Marcial, insigne e inmortal bilbilitano:
Web del yacimiento:
Sirva esta última imagen para revindicar el estado de abandono total que se respira en el yacimiento. Senderos mal trazados o cortados, barandillas de madera podridas, un acceso lamentable desde la nacional por una carretera en la que una cabra pincharía, paneles explicativos ajados y deteriorados...
Un nuevo ejemplo de la sensiblidad estatal por mantener nuestro orgulloso patrimonio cultural.
Panes et circenses...
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