La huella de Roma en Hispania:
TARRACO
Uno de los monumentos más emblemáticos y espectaculares de la antigua Tarragona es el Anfiteatro:
El anfiteatro |
Se sabe que en el año 259, siguiendo las órdenes persecutorias del emperador Valeriano, fueron quemados en sus arenas el obispo de la ciudad, Fructuoso, y sus diáconos Augurio y Elogio.
Tras la algarada germana del 260, Tarraco quedó muy perjudicada, y con ella sus edificios públicos como el anfiteatro, entrando en decadencia. A los muchos daños que produjo el asalto franco hay que sumar el severo cambio de costumbres que propició la entrada de la Iglesia en el mundo antiguo. En el siglo V, a causa de la prohibición expresa de muchas actividades consideradas paganas, comenzó su abandono, sirviendo sus piedras como cantera para la edificación de una basílica en su arena que conmemorase a los tres mártires tarraconenses inmolados en ella. Aún pueden verse los restos de dicha iglesia donde antes gladiadores luchaban entre el clamor del pueblo...
Cavea del Circo |
Museo Arqueológico de Tarragona |
Junto al Pretorio, una edificación medieval alzada sobre la muralla romana, está el Museo Nacional Arqueológico de Tarragona (MNAT). Sus salas son evocadoras, y grandes piezas se pueden saborear, pero es una lástima que ninguna publicación se venda allí; hay una coleción envidiable que nadie puede llevarse a casa en papel satinado... y menos ahora en estos abyectos tiempos del recorte discriminado.
A falta de libros, esta es la website mejorable del museo,http://www.mnat.es/, un edificio de dos plantas que atesora joyas como esta gorgona que sirvió para la confección plástica de mi novela Valentia...
La Gorgona del MNAT |
Siempre tengo un guiño para Tarraco en mis novelas:
[...] El potente sol estival se reflejaba como
láminas de pan de oro sobre las mansas aguas de la bahía de Tarraco. Abrazándolas
se vislumbraban colinas repletas de feraces y ordenados huertos de oliveras,
vides y frutales dispuestos en simetría en los campos colindantes a las
fortificaciones imponentes de una ciudad que había sido antaño residencia
temporal de personajes tan ilustres como Escipión el Africano o el divino princeps
Octavio Augusto. Pero en aquel tiempo, durante los últimos años de gobierno de
Diocleciano, el pasado glorioso de la próspera colonia de Tarraco, capital y
primera gran ciudad de la República en Hispania, era justo eso, sólo pasado [...]
DEVOTIO
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