INDÍBIL, mi último archienemigo en www.historiasdelahistoria.com
¿Quién fue realmente Indíbil? No se sabe con certeza quienes fueron sus padres, pero sí de dónde era. Según los historiadores romanos Indíbil era el régulo de los ilergetes, por lo que podríamos ubicar su nacimiento sobre el 258 a.C. en la ciudad de Ilerda o contornada (actual Lleida) Es Tito Livio quien habla de él como Indíbilis, mientras que el griego Polibio, el cronista de Escipión Emiliano, le llama Andóbales. Tanto los nombres Indi como Ando, así como el sufijo -beles, son claramente ibéricos, contingencia que cuestiona la teoría de un posible origen celta de este correoso individuo.
Guerrero ibero |
Aquí es donde entra
Indíbil en la Historia. Muy poco sabemos de su apariencia y
carácter, pues no hay descripciones ni físicas ni psicológicas del personaje,
pero sí que sabemos como mudó de alianzas con cartagineses y romanos tratando de
mantener al margen sus tierras de la sangrienta disputa que mantenían las dos
potencias. Su búsqueda de un equilibrio beneficioso le hizo cambiar de lealtades
según soplasen los vientos. Hoy consideraríamos deshonrosa una conducta así,
pero para la sociedad ibera y celtibera del momento era completamente normal
cambiar de parecer y bando a media contienda. Casos así, y peores, sucedieron
pocos años después en la guerra de Viriato, el asedio numantino o durante la
revuelta de Quinto Sertorio.
El caso es que, quizá antes o a raíz de la toma de Sagunto, claro ejemplo de la pasividad del Senado de Roma ante un ataque a una ciudad aliada, Indíbil optó por apoyar a los púnicos. Su pacto con Cartago le obligó a ponerse bajo el mando de Hannón, el comandante púnico que Aníbal Barca dejó para controlar Hispania mientras él emprendía su legendaria campaña italiana. Lo que no calculó Indíbil fue que la guerra entre Roma y Cartago se extendiese tan pronto a Hispania, y menos que un experto militar, Gneo Cornelio Escipión, recién desembarcado en Emporion (Ampurias, Girona), le plantase batalla a Hannón al frente de sus dos legiones y le derrotase frente a Cissa, un lugar muy próximo a la actual Tarragona. El revés púnico fue considerable: seis mil muertos y dos mil capturados, incluidos el propio Hannón e Indíbil. Asdrúbal Barca, que llegó tarde a la batalla con sus refuerzos, no pudo más que hostigar a la flota romana y mantener el Ebro como límite natural entre ambas potencias.
P. Cornelio Escipión |
La amistad cartaginesa no fue gratuita para el oligarca ilergete. Tuvo que entregar una buena cantidad de plata y a su propia esposa como rehén. Quizá cansado de la infinita codicia del Barca, o quizá atento al cambio de vientos que se estaba produciendo en Hispania, en el 209 a.C. Indíbil pactó con Publio Cornelio Escipión, hijo de uno de los Escipiones y nuevo legado enviado por el Senado de Roma para atajar el problema púnico. El romano aglutinaba bajo su mando a muchos iberos deslumbrados por su buena fortuna, algo que quizá decantase a Indíbil a cambiar de lealtades. La ayuda ilergete llegaría a cambio de la devolución de los rehenes que seguían en manos de Asdrúbal y la confirmación de su condición de rey vasallo de la República una vez Cartago fuese expulsada de Iberia.
No se saben con certeza las causas, puede que los iberos viesen que Roma era un león vestido de cordero, o quizá los agentes bárcidas sobornasen a los régulos indígenas, pero el caso es que sólo un año mantuvo su nuevo pacto de fidelidad a Roma, pues en el 208 a.C. de nuevo Indíbil forma junto a los aliados iberos en las filas de Asdrúbal. La batalla de Baécula (quizá en Santo Tomé, Jaén) se saldó como la de Cissa para los intereses de Cartago. Asdrúbal consiguió huir, los púnicos fueron derrotados, otra vez Indíbil fue capturado y liberado a cambio de grandes tributos.
Indíbil y Mandonio |
La salida de P. Cornelio Escipión a África dio alas de nuevo a la terquedad del régulo ilergete. De nuevo se alzaron los descontentos contra Roma, y de nuevo fueron derrotados, pero el manto de Lug no le cubrió en aquella ocasión: Indíbil cayó en combate y Mandonio fue entregado a los romanos como parte de la rendición incondicional, muriendo ejecutado poco después.
La muerte de Indíbil en "Armas de la Antigua Iberia" de Fernando Quesada |
Así falleció Indíbil según nos dejó Tito
Livio:
"Una vez que cayeron acribillados por los dardos los que peleaban en torno al rey, que se mantenía en pie medio muerto y después quedó clavado al suelo por una jabalina"
Una entrada de lo mas interesante me a gustado mucho Gabriel, menudo personaje. Me encanta la historia , hace poco que he descubierto tu blog y sin duda que pasaré a menudo por aquí.
ResponderEliminarMuchas gracias; aquí estaré compartiendo estas curiosidades de nuestras tierras e historia. Un abrazo
EliminarIndibil fue todo un personaje, bien merece una novela. De momento, aparece muy brevemente en la mía (una simple mención).
ResponderEliminarEl tema de las lealtades fue apasionante en aquella época, con la llegada primero de los cartagineses y luego de los romanos. Es un reflejo de la importancia de un momento histórico fundamental para nuestras tierras: los íberos habían estado prácticamente aislados del "mundo civilizado", apenas conscientes de él gracias a las colonias griegas y fenicias (púnicas después). La llegada de los cartagineses lo cambió todo para nuestros antepasados.
Edecón, régulo de Edetania, es otro buen ejemplo, y que me pilla más cerca ya que éste sí es un personaje mucho más importante en mi libro: de neutral hacia Cartago (por obligación, ya que prácticamente le "animaron" a entregar a su familia como rehenes en Cartagena) a firme opositor cuando juró servicio a Publio Cornelio Escipión (ya que éste, tras hacerse con el control de Cartagena, liberó a la familia del edetano).
¡Cuánto juego literario han dado estas intrigas políticas!
Un abrazo, Gabriel.
Edecón... otro gran nombre del siglo III a.C. en Iberia. Sí, coincido contigo en que es un personaje de novela porque se sabe tan poco de él que da pie a crear un mundo paralelo a los hechos históricos que sería de lo más interesante. Las lealtades dependían de cada ciudad; hay una manía de presentar a la península unida contra el invasor cuando, en realidad, cada etnia y régulo favorecía a quien más le interesase, independiéntemente de lo que opinase el vecindario... Otro para tí, conmilitón ;-)
EliminarPrecisamente. Yo suelo pensar en los íberos como un conglomerado de etnias que, aunque con una cultura y lenguaje común, iban por libre. Lo suelo comparar con la civilización occidental actual en cuanto a que formamos parte de una cultura y sociedad similares, aunque cada uno con sus intereses y gobiernos.
EliminarOjo, que no escribían igual los turdetanos que los indigetes, ni por supuesto los celtíberos. Un amiguete ha descubierto unos plomos en Bugarra de época sertoriana cuya grafía no se corresponde a la edetana y/o contestana de la época. Como nosotros, cambio idiomático cada 200Km... ;-)
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