Primera mención de la ciudad de VALENTIA (TITO LIVIO)

IVNIVS BRVTVS COS. IN HISPANIA IIS QVI SVB VIRIATHO MILITAVERANT AGROS ET OPPIDVM DEDIT, QVOD VOCATVM EST VALENTIA





La Saga de los Antonio de Valentia

Bienvenid@s a la antigua Hispania romana...

Querid@ amig@, te invito a un viaje muy especial, una ventana que te permitirá ver nuestro pasado y conocer las costumbres y vidas de nuestros ancestros, tan sólo dos mil cien años atrás, cuando esa bella dama llamada València nacía en la isla fluvial del curso bajo del Turivs de la mano de las palas, el sudor y la ilusión de poco más de dos mil veteranos licenciados de las legendarias legiones de Roma.

VALENTIA, DEVOTIO y PRINCEPS contienen entre sus páginas muchos de los momentos más apasionantes y dramáticos que vivió la joven Perla del Turia desde sus primeros años de vida allá por el siglo I a.C. hasta la gran persecución de principios del siglo IV d.C.


En VALENTIA conocerás a dos hombres atrevidos y extraordinarios, Quinto Sertorio y Pompeyo el Grande, ambos decididos a dirimir sus irreconciliables diferencias en tierras valencianas inmersos en la cruenta Guerra Civil que sacudió a la vieja República.

En DEVOTIO podrás leer dos historias paralelas: la primera de ellas la protagoniza un peligroso triángulo formado por Publio Daciano, el gobernador de la Tarraconense, Eutiquio de Osca, un diácono indomable, y Tito Antonio, un magistrado veterano que se ve atrapado en medio de la gran persecución de los cristianos. La segunda historia nos lleva 20 años después de VALENTIA, cuando el único hijo de Cayo Antonio, Lucio, decide lavar el honor familiar yendo a luchar contra un usurpador que pretende dominar la República: Cayo Julio César.


En PRINCEPS Lucio Naso seguirá a uno de los grandes hombres que protagonizaron el fin de la república, Sexto Pompeyo, conociendo en paralelo las carreras desaforadas hacia el poder de Marco Antonio y Gayo Octavio Turino, quien con el tiempo y astucia acabaría siendo conocido como Augusto, el princeps...

Si siempre has querido saber más sobre la Historia antigua de València, si no te has conformado con la poca y dispersa información que hay sobre ella y crees que hay muchas más cosas interesantes y curiosas que saber de nuestros orígenes esperando a ser descubiertas, acertarás leyendo las epopeyas de Cayo Antonio Naso y su hijo Lucio, ciudadanos de VALENTIA.

PLVRIMAM SALVTEM OMNIBVS!


Gabriel Castelló

El Puig (València)

lunes, 2 de diciembre de 2013

Lentejas ilercavonas


Lentejas ilercavonas


 Las lentejas siempre formaron parte de la gastronomía mediterránea en las clases proletarias y rurales, pues la alimentación básica de la plebe romana se basaba en el puls (una especie de gachas de trigo o avena) o las legumbres cocinadas con verduras de temporada. La carne y las chacinas eran elementos esporádicos, más para días festivos que para la dieta diaria. Las lentenjas (lens culinaris) aparecen en los tratados culinarios de la antigua Roma (Marco Gavio Apicio incluye unas lentejas con acanto en su De Re Coquinaria) Apreciadas más en Roma que en Egipto y el Creciente Fértil, de donde es esta planta originaria, su consumo tuvo que ser elevado, pues se sabe que la enorme corbita que llevó a la Urbe un obelisco en tiempos de Calígula también transportaba en su panza 840 toneladas de lentejas.

Una cocina a la romana

 Este guiso de hoy se inspira en la forma en que Apicio preparaba sus lentejas y podría haber sido elaborado por cualquier familia pudiente o modesta. Lo de ilercavonas (así se conocía a los iberos que vivían entre el Ebro y los edetanos) es un tributo a las tierras altas entre Castellón y Teruel, juntando legumbres y chacinas del frío interior con verduras de la costa.


Lentejas ilercavonas
-LENTES ILERCAVONAS -
 
 
- para cuatro triclinios -
 
 
¿Qué ingredientes necesito?
 
  • 400 gramos de lentejas
  • Una cebolla blanca
  • Un puerro grande
  • Cuatro dientes de ajo
  • Laurel
  • Hojas de Menta (hierbabuena en su defecto)
  • Hojas de Coriandro
  • 100 gramos de jamón en pequeños tacos
  • Comino
  • Pimienta blanca molida
  • Vinagre balsámico
  • Aceite de oliva
  • Salsa de soja
  • Salsa Thai

¿Cómo las preparo?
 

 En una olla de barro pon a calentar aceite. Pica los cuatro dientes de ajo y échalos al aceite caliente. Cuando comiencen a cambiar de color, añade la cebolla y el puerro picados, un chorrito de soja y de salsa Thai (garum), el laurel troceado, la pimienta blanca y las hojas de menta secas y muévelo todo con brío para que nada se queme. Añade el jamón en pequeños tacos y mézclalo todo bien antes de echar el agua caliente y las lentejas (lávalas bien antes de echarlas a la olla)

 Cuando empiece a hervir añade una pizca de comino, un chorrito de vinagre balsámico y las hojas de coriandro picadas y déjalo cocerse a fuego lento durante una hora y media. Si durante el proceso baja el nivel, añade agua hirviendo antes de que se queme la base y ahúme todo el guiso.

 
¿Con qué las acompaño?
 

 Un tinto fuerte para este plato de otoño e invierno siempre es buen compañero de viaje. Un Primum 100% bobal o un Marmitón de la D.O Utiel-Requena, o un Barranc de L'Infern de la D.O Castellón, tienen el cuerpo y aroma ideal.


FRVI PRANDIVM!
 
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jueves, 28 de noviembre de 2013

 
 
Así fueron las I Jornadas de
Novela Histórica sobre la Córdoba Romana

22 y 23 de Noviembre de 2013
 

El templo al culto imperial en la calle Claudio Marcelo, junto al Ayntamiento
 Corduba, ciudad fundada por Claudio Marcelo, residencia de Cecilio Metelo Pío durante las guerras sertorianas, refugio de los hijos de Pompeyo durante la guerra civil, colonia patricia su por gracia, asolada por César tras el descalabro pompeyano de Munda y posterior capital de la Bética, cuna del inmortal Séneca... Qué mejor escenario para unas jornadas entre amigos.

Junto a Alberto Monterroso en la Librería Luque
 Mi más sentido y sincero agradecimiento a Alberto Monterroso, alma mater de este evento y escritor hermano en Córdoba, autor de las novelas El emperador impasible y La Córdoba de Claudio Marcelo, pues sin su dedicación e implicación no habrían podido celebrarse.


También quiero trasladarle mi gratitud a Javier de Librería Luque por cubrir ambos actos, a Mª Antonia Rodriguez, autora de Hija de Sexto Mario, por su colaboración, así como a José Antonio Arjona por su reportaje fotográfico, al arqueólogo Jerónimo Sánchez, a la también escritora Mª José Sánchez y a Juan Carpio por su moderación en la mesa.



PLVRIMAM SALVTEM OMNIBVS!



miércoles, 27 de noviembre de 2013

Caldero al estilo parto


 
Caldero de ternera al estilo parto


 Solemos tener una visión muy sesgada del Imperio Romano, no solo en lo político y estético, sino también en lo gastronómico. Como es de suponer, en nada se parecería la oferta culinaria de los legionarios acantonados junto al Muro de Adriano en el frío y brumoso norte de Britania a los platos servidos en las mejores casas de Antioquía, Palmira, Alejandría o Seleucia del Tigris, ciudades opulentas del Oriente clásico donde llegaban productos desde los confines del mundo insólitos para lugares tan alejados como nuestra Hispania.

 El guiso de hoy se inspira en aquellas fronteras entre dos mundos antagónicos, el iranio y el mediterráneo, enfrentados primero griegos contra persas, después romanos contra partos, al final romanos contra persas hasta que la verde ola del Islam los barrió a todos. En él utilizo ingredientes de ambos lados de la disputada Mesopotamia. El tamarindo (tamarindus indica) es un árbol tropical procedente del Sudán, cuyo cultivo pronto se extendió desde el Golfo Pérsico hasta el valle del Indo (el nombre tamarindo procede del árabe تمر هندي , dátil de la India) Sus frutos y sus hojas han sido gastadas con diferentes fines desde la Antigüedad. La leche de coco es el resultado de batir el agua y la pulpa del coco. La palmera cocotera quizá tenga su origen en las riberas del Ganges. En el poema Mahawansa de la actual Sri Lanka, fechado entre los siglos II y  I a.C., se citan estos frutos peludos que deben su nombre a los marinos portugueses que, al verlos por primera vez, los consideraban tan feos como el mounstro con el que se asusta a los niños: el Coco...

 Los dátiles (del griego δακτύλος, dactilos) son parte de la dieta del Creciente Fértil desde el Neolítico. Se comían tiernos o secos y se elaboraba vino con ellos en Egipto. Su aporte de azúcares en un mundo sin azúcar blanquilla o moreno como el que usamos hoy compensaba el picante. 


Mosaico de Túnez que muestra un dromedario, animal originario de Asia.
 
Caldero de ternera al estilo parto
 
-PERSAE PVLMENTVM DEGVSTARE-
 
- para cuatro triclinios -
 
 
¿Qué ingredientes necesito?


  • 500 gramos de carne de ternera para guisar
  • 150 gramos de tamarindos (o 100 gramos de pulpa de tamarindo)
  • 50 gramos de dátiles deshuesados
  • Una lata de leche de coco
  • 250 gramos de champiñones laminados
  • Una cebolla blanca
  • Un tallo de puerro grande
  • Una zanahoria
  • Una calabaza pequeña
  • Un manojo de hojas de cilantro
  • Albahaca
  • Jengibre
  • Comino
  • Cardamomo
  • Pimienta negra
  • Salsa de soja
  • Aceite de oliva virgen extra

¿Cómo lo preparo?
 

 Si no has conseguido pulpa de tamarindo envasada, te va a tocar pelarlos y sacarles las pepitas uno a uno. Es mucha faena, pero vale la pena añadirlos, pues aportan un gran sabor.

 Corta la ternera en trozos pequeños y dórala en una sartén honda con aceite bien caliente. Repolvorea con el jengibre molido y la albahaca y muévelo bien. La carne soltará jugo y espumará; baja el fuego al mínimo y deja que se vaya cociendo en su propio jugo.

Pon litro y medio de agua a calentar...

 Corta la cebolla y el puerro en pequeños trozos. Échalos a la marmita cuando el aceite esté caliente y remuévelo hasta que empiece a pocharse. Añade la carne y el jugo de la sartén, abre la lata de leche de coco, remuévela bien antes de verterla y échala a la marmita. Remuévelo todo bien y espolvorea con cardamomo, comino y pimienta negra molida al gusto. Añade un chorrito de salsa de soja y vierte el agua hirviendo. Corta en lonchas o pequeños trozos la zanahoria y la calabaza y añádelas al caldo. Añade las pulpas de tamarindo, los dátiles y el cilantro picado y déjalo cocer a fuego lento durante dos o tres horas, hasta que la salsa espese (con el fuego bajo no tendrás que añadir más agua durante la cocción)

 Te recomiendo servirlo sobre una cama de batsmati del Himalaya... Este estofado tiene un sabor singular que junto al arroz aromático conforma un plato original y muy sabroso.

¿Con qué lo acompaño?


 Este caldero al gusto parto/persa es un guiso potente e intenso, así que su complemento ideal sería un Enrique Mendoza de la D.O. Alicante, Ifach Selección, por ejemplo, o un Sequé de Villena, también D.O. Alicante o El Vern de Heretat de Taberners dels Alforins en la D.O. Valencia.
 
 
FRVI PRANDIVM!


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martes, 19 de noviembre de 2013

Reseña de Valentia, las memorias de Cayo Antonio Naso, por Francisco José Cubel


 Esta es una extensísima y muy cuidada reseña que se ha tomado la molestia de enviarme Francisco José Cubel Rodríguez, un lector valenciano conmovido tras leer VALENTIA, las memorias de Cayo Antonio Naso. Gracias, amigo; saber que todo el esfuerzo puesto en crear una historia como esta produce un efecto como este es suficiente motivo para escribir unos Episodios Nacionales. Aquí os la dejo para que juzguéis vosotr@s mism@s:


Interesantísima y muy verosímil estancia en la vida cotidiana de mi ciudad en los tiempos de la antigua Roma, a través de esta ambiciosa novela histórica fruto de la pasión que siente por dicho periodo de la historia el escritor, un joven paisano mío, muy bien documentado. Seiscientas y pico páginas son testigos de las fatigas de unos cuantos personajes (repartidos en varias generaciones) que muy bien podrían haber existido (muchos de ellos sí son personajes reales), y cuyas presuntas vidas son parte del puzle real de los avatares históricos de la época.

El primer miembro de la saga es PUBLIO ANTONIO CAEPIO, uno de los primeros habitantes de la ciudad, en los tiempos de la república: pg 141: “era el Pater Familias de la gens Antonia de Valentia. Nacido de humilde cuna en una pequeña aldea de los montes del interior de Apulia, como tantos otros jóvenes lugareños, no tuvo más camino que alistarse en las legiones en busca de fortuna. (…) Participó en múltiples campañas, en Macedonia, la Celtiberia, Lusitania, (…) llegando su edad de licencia durante el final del consulado de Publio Cornelio Escipión Násica y Décimo Junio Bruto, el año 138 a C. Este último audaz y visceral cónsul, después de su victoriosa campaña (…) en las brumosas tierras del Finisterrae, les concedió parcelas a sus veteranos licenciados de las campañas contra el fiero Viriato. (…) recibieron unas generosas centuriaciones en una zona húmeda, casi despoblada y muy fértil del oriente hispano (…) en una encrucijada de caminos entre tres viejas ciudades íberas: Arse, Edeta y Saetabis. (…) El cónsul la llamó la Ciudad de los Valientes, Valentia. (…) realizaron los ritos propiciatorios que marcaba la tradición (…) Participó activamente en el esquema del diseño urbano. (…) Uno de sus bueyes fue el que trazó con su arado las líneas que marcarían el futuro Cardo y Decumano…”. ¡Apasionante!

El segundo de la saga es su hijo CAYO ANTONIO NASO EL VIEJO, también centurión romano licenciado y continuador de la explotación vitivinícola familiar. Era hijo de una íbera, e igualmente se casó con una nativa, Sonsinbiuru: pg 131: “mi sabia abuela optó por la incomodidad de dejar salir de la escarpada Edeta a su hija  (Sonsinviuru) para que criara a sus retoños valle abajo, en la nueva ciudad romana de la isla de Tyris, tal y como su enérgico marido (Cayo Antonio Naso) deseaba” (…).

El tercero, uno de los narradores de la novela, es uno de los tres hijos de Cayo Antonio y Sonsinbiuru: CAIO ANTONIO NASO VINÍCOLA EL JOVEN: “los tres hermanos crecimos a caballo entre la domus de la familia Antonia a espaldas del Decumano de Valentia durante el invierno y la finca de Kelin, la ciudad natal de mi abuela en las tierras altas de más allá del alto desfiladero de Bulión, durante las vacaciones estivales”. Él es el que se encarga de narrar los hechos a lo largo del grueso de la novela: los acontecimientos históricos en los que se vieron envueltos su abuelo y su padre, y los que le tocaron vivir a él: los entresijos bélicos del enfrentamiento entre Sertorio y Pompeyo, la marcha del negocio familiar, la evolución de la ciudad,… A destacar su odisea por mar circunnavegando medio Mediterráneo para comerciar con sus productos, viaje que aborda el audaz autor esbozando generosas descripciones de múltiples lugares, situándolos en su contexto histórico, en medio de las tensiones que los están haciendo prosperar o declinar: Sagunto, Ampurias, Marsella, Sicilia, Cartago,… ; la grandiosa Caput Mundi (Roma), que recorremos de la mano de sus personajes, callejeando con ellos por mercados, baños, casas, pensiones, las dársenas de su puerto, … Con Cayo llegamos a las últimas páginas.

El cuarto de la saga (LUCIO ANTONIO NASO VIN) escribe una carta a modo de epílogo al final de la obra. Del quinto (APIO ANTONIO LUCIANO) y el sexto (TITO ANTONIO) sabemos a través de éste último, el otro narrador de la obra, que da comienzo a la novela con su crónica de la etapa ya decadente del imperio, dando testimonio de las primeras invasiones bárbaras que llegan a la ciudad. Al buscar a su abuelo entre las víctimas, encuentra las memorias escritas del bisabuelo CAIO, que procede a leer, y que es el resto del libro ya comentado, la biografía de los tres primeros miembros de la saga. 

            La novela es, por una parte, un prodigioso trabajo de divulgación de la civilización romana, y también de los rescoldos de la íbera (pg 639: “… mientras se matan en luchas intestinas o ajenas siguen llegando más y más legiones romanas, homogéneas y férreamente comandadas, que erradican todo lo antiguo…”): tomando como núcleo la Valentia de los tiempos de Sertorio, el autor aborda concienzudamente el presente, pasado y futuro de esa colonia romana, formando un cuerpo consistente y rollizo a base de añadir capas y capas de información sobre la época, con auténticos reportajes sobre: la organización política de Roma, con sus intrigas y sus figuras más destacadas; su evolución desde la monarquía al imperio; la conformación de su mapa político (haciendo alarde de un gran conocimiento de los múltiples asentamientos humanos, tanto romanos como prerromanos –castros, villas, ciudades-, así como de las fronteras del imperio); la esclavitud y las clases sociales; sus conocimientos náuticos, sus estrategias bélicas; su gastronomía; sus cultivos (especialmente el de la vid, dando detalles de sus variedades, usos, …); los utensilios y quehaceres de la vida cotidiana; las distintas actividades profesionales, el comercio; los templos y las ofrendas a las distintas deidades (¡que retahíla de dioses, hasta ahora inéditos para mí: Jano, Pomona, Fornax, Carmenta, Meditrina, …! Pg 56: “Más allá del Rin (…) ni brilla Apolo en verano, ni Ceres fertiliza los campos que se hielan en invierno, y Baco no consigue que las parras tengan frutos dulces y maduros”); las relaciones entre los romanos y los íberos, o entre los romanos y los bárbaros, o entre los romanos y otra civilizaciones coetáneas como la cartaginesa, o las orientales, o la griega (fundamental en el desarrollo de Roma, y con mucho peso también en la novela), …  ; de gran interés son sus alusiones al cristianismo, ilustrando cómo algunos de sus rasgos fueron condicionados por la cultura romana (citas de las páginas 602, 603, y otras), y también son muy interesantes sus apuntes geográficos, señalando algunas diferencias con la geografía actual como la referencia a unas colinas ya desaparecidas entre Valencia y Sagunto, la distinta desembocadura del Turia que daba lugar a una isla fluvial, lo que explica sobre la Albufera (pgs 153, 222), sus alusiones a los puertos que tanto han evolucionado después, y a las canteras, ...

Cerca de mil citas a pie de página avalan y explican muchos datos aportados a lo largo de la obra, traduciendo topónimos, ordenando fechas, desgranando grupos étnicos, deslindando competencias de antiguos dioses, aclarando etimologías, desenterrando raíces de nuestras señas de identidad, transportándonos a otras formas de pensar. El magnífico bagaje expuesto se complementa con:

  • -           Una lúcida introducción del autor a modo de compendio
  • -           Un glosario de términos al final.
  • -          En las contraportadas, un plano hipotético de la ciudad y un mapa de la República Romana en tiempos de Sertorio.
  • -          Una fotografía del presunto esqueleto de uno de los protagonistas, o en cualquier caso de un esqueleto de la época que ha llegado hasta nuestros días en un nicho arqueológico que se corresponde con uno de los periodos en el que está ambientada la novela. 

Por otra parte, esta novela es un ejercicio artístico seguro que muy grato para su creador, y creo que también para muchos de sus lectores, pues en mi opinión está bien estructurada, y tiene los cabos bien atados; los pasajes descriptivos (más lentos, cargados de erudición e imaginación no excluyentes entre sí) están equilibradamente apoyados en los relatos narrativos, de acción; los personajes históricos y ficticios abordados son de gran interés (si bien resultan quizá un poco simples, están poco trabajados), y la obra tiene el estímulo constante (hasta el intensísimo desenlace) de ingredientes como el poder, el sexo, el sufrimiento, la resistencia extrema, la venganza y algunos otros que colocan a la novela muy cerca de transcender sus límites físico-temporales para acercarse a parámetros puramente humanos, y aprehender las luces y las sombras de la naturaleza humana, tal y como se consigue en las obras maestras de la literatura; sombras como las de la crueldad, el odio y ensañamiento de algunos personajes para con otros, que hacen muy duros y desagradables algunos pasajes de la novela, pero que afloran de forma natural y verosímil en el contexto de la guerra y la ambición, y que tratan de ser un reflejo de lo que realmente ocurrió en Valentia durante las guerras sertorianas. Porque los hallazgos arqueológicos custodiados en el actual Museo de la Almoina de la ciudad, sus esqueletos con muestras de tortura, dan fe de esa violencia. De este modo,  el pasaje en el que Cayo Antonio el Viejo es torturado por sus sobrinos junto a la Basílica (pg. 543-4) se corresponde, de alguna manera, con la realidad; aportando a la obra “Valentia” la fotografía de un esqueleto, el autor nos revela que ese es el punto de asiento de la novela, que no es sino una reconstrucción del personaje en medio de una amplia y detallada reelaboración de ese contexto en el que se produjo la tortura; estamos ante la transustanciación de ese esqueleto en materia literaria, en una meritoria obra que rinde homenaje a la Historia y a la Literatura; a la Arqueología y a la Novela; a Plutarco y a Blasco Ibáñez: creo advertir ciertos paralelismos entre “Valentia” y “Los Cuatro Jinetes de la Apocalipsis”, y el autor cita otra de sus obras en el prólogo; la descripción que hace Castelló de la ciudad de Valentia y alrededores tras la destrucción operada por Pompeyo y por una riada (pgs 557, 593 y siguientes : “Solo de pensar en cómo el implacable calor del verano y las bandadas de mosquitos habrían machacado implacablemente aquella ciénaga pútrida hacía pensar en que el cónsul Bruto se equivocó de lugar al emplazar su flamante colonia de veteranos. Ya no se podía vivir en un pantano infecto como aquel.”), es el desolador negativo de la idílica descripción que Blasco hace de “el despertar de la huerta” en “La Barraca” y de sus testimonios de vida y agitación en las vísperas de otra Valencia republicana, de otra dañina guerra civil y de otra gran riada. En cuanto a los historiadores y otros escritores clásicos como Plutarco, hay muchas citas en la obra, incluida una sobre la Eneida de Virgilio en la pg. 40, en la que el autor nos explica que dicha obra fue un encargo de Augusto como forma de buscarle un origen divino a Roma, como heredera directa de la heroica Troya). 

Otro indicador de la grandiosidad de una obra es, cómo no, su vocabulario (mucho más que el número de sus páginas), y “Valentia” tiene una sabrosa riqueza en general, y en particular, con las logradas incursiones en los campos semánticos que requería la novela: el de la navegación, el de la guerra, el de la etnología –liturgia, vestuario, remedios medicinales, refrigerios (posca, celia)-, … Me ha gustado toparme con palabras poco comunes y algunas muy bellas como: férvido, pulverulento, adminículo, exvoto, signífero, glifo, ínfula, aquilino, exangüe, manípulo, aterido, cálamo, sotechado, marmita, balbucir, forrajear, escanciar, libar, mercachifle, bisoño, defección; serosidad, sajadura, miasma, tumefacto y la despampanante  afluencia de palabras con que describe el cuadro clínico de la herida de Artemio (pg. 414-422); las bonitas descripciones del paisaje (pg. 514, …), …

Esta obra es, en definitiva, como él dice en la dedicatoria, su contribución a la cultura de esta tierra que ama: “…tierra bañada por las plácidas aguas del Mare Nostrum y caldeada por el sol durante su eterna primavera. Un plácido mar de naranjos, arrozales, viñedos y oliveras centenarias salpican los hermosos paisajes en los que el sempiterno cielo azul, el mar y la montaña se alternan armoniosamente. Miles de años de Historia se acumulan bajo los pies de los que hemos tenido la ventura de los dioses de permitirnos nacer o hacer en este idílico rincón del mundo”.

Gracias, Gabriel. Y yo también siento lo de Sertorio.

Este es el mapa al que hace referencia Francisco y que no se incluye en la nueva edición; está dibujado por mi...




lunes, 18 de noviembre de 2013

Así fue la presentación de CIRCO MAXIMO de Santiago Posteguillo en Dénia



Así fue la presentación de CIRCO MÁXIMO de Santiago Posteguillo en Dénia

Website de Santiago Posteguillo y recreación ideal del templo de Artemisa de Dianium (Dénia, Alacant)
Gràcies, Gema!
A las 19:00 del pasado viernes 15 de Noviembre, Mati de ExLibris Dénia tenía todo listo para el evento. Mucho público y del bueno, cómplice de quienes acudimos allí con ánimo de pasar una buena tarde entre amigos hablando de nuestra pasión: la antigua Roma en general, y la Roma de Trajano en particular (con algún guiño a mi Dianium en tiempos de Sertorio) 

 Santiago y yo nos volvimos muy satisfechos a Valencia después de haber conocido nuevos lectores y haber dedicado un montón de libros con el cariño que se merecen.

 Cómo no, he de agradecerle a Mati su hospitalidad, su entrega y el copazo de Ramón Bilbao con el que discurrió la tertulia. Como amenazó el general McArthur, "¡Volveré!"


 
Aquí tenéis el contacto de esta librería tan especial. No es muy habitual ver tantos buenos libros entre estauillas de Osiris y crateras griegas...


 




miércoles, 13 de noviembre de 2013

Cauponata siciliana



CAUPONATA SICILIANA


 Hoy voy a mostraros una entrada a día de hoy tan popular en la oferta gastronómica siciliana como el "esgarraet" lo es en la valenciana. Se trata de la cauponata, un guiso muy sabroso emparentado con la moussaka griega que sirve de aperitivo y compañía para los magníficos pescados que pueden tomarse en todas las riberas del Mare Internum, en especial la apreciada lampuga que tanto abunda en aguas sículas. La caupona era una especie de fonda o moderna taberna en la que se servían bebidas y comidas rápidas. Algunas disponían de habitaciones baratas en su piso superior y degeneraron en una suerte de burdeles para gente de paso.


Un servidor en una caupona de Herculano

 El caso es que la etimología nos da una pista del origen de este guiso, algo que podías tener preparado y tibio para acompañar una buena copa de vino. La base de este plato la componen el apio o hinojo, las alcaparras, las aceitunas y, sobre todo lo demás, las berenjenas. Cultivadas en la India desde hace 4.000 años y habituales en terrenos soleados, entraron en el mundo mediterráneo a través de los persas. Plinio el Viejo y Celso ya hablan de ellas y sus propiedades en sus respectivos Historia Naturalis y De Re Medica.





CAUPONATA SICILIANA
-CAUPONATA SICILIANA-
 
- Para cuatro triclinios -

 
¿Qué ingredientes necesito?

  • Dos berenjenas negras grandes
  • Cuatro tallos de apio o un bulbo de hinojo
  • Cuatro dientes de ajo
  • Aceitunas negras deshuesadas
  • Alcaparras
  • Dos cebollas moradas
  • Piñones
  • Orégano
  • Hojas de cilantro
  • Pimienta blanca
  • Salsa Thai
  • Vinagre balsámico de Módena
  • Aceite de oliva virgen extra

¿Cómo lo preparo?


 Corta las berenjenas sin pelar en tacos no demasiado grandes, ni muy pequeños, pues la pulpa de berenjena absorbe el aceite caliente con mucha facilidad. En una sartén honda o wok pon aceite a calentar a fuego bravo. Pica las cebollas y el ajo y corta el apio o hinojo y las aceitunas negras en lonchas. Cuando el aceite esté caliente echa el ajo y la cebolla primero y muévelo hasta que comience a dorarse, entonces echa las alacaparras, los piñones, el apio o hinojo y las aceitunas y sigue moviéndolo todo unos minutos. Cuando la base haya tomado color, echa la berenjena y espolvorea con el orégano. Remueve bien la mezcla y añade un chorro de vinagre balsámico, la pimienta, una pizca de garum (salsa Thai) y las hojas de cilantro picadas.

 Déjalo hacerse a fuego lento durante veinte minutos, removiendo de cuando en cuando para que la mezcla quede uniforme. Este guiso se come templado o frío, al gusto de cada paladar. Una buena opción para servir esta suculenta entrada es presentarla sobre una base de hojaldre en forma de coca, como hacía el célebre dueño de una caupona del Mercado de Trajano de Roma (quizá el precursor de la pizza) Horneas una lámina de masa quebrada hasta que crece, la sacas, colocas la Cauponata encima y la horneas de nuevo durante cinco o diez minutos.


¿Con qué la acompaño?
 

 Siendo originaria de donde es, un buen Nero D'Avola tinto o un blanco afrutado del Etna son la mejor compañía. En su defecto, un El Vern de Heretat de Taverners de la D.O. Valencia o un Casta Diva blanco de Xabea, D.O. Alicante, serían perfectos.


FRVI PRANDIVM!
 
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sábado, 9 de noviembre de 2013

Albóndigas púnicas con higos


 
Albóndigas púnicas con higos
 
 

 
 
 
 
 La carne de cerdo siempre ha formado parte de la gastronomía mediterránea. Solo por motivos religiosos, inexplicables hoy pero explicables en los tiempos en los que dicha prohibición comenzó, quedó excluido su consumo de las riberas sureñas del Mare Nostrum. La albóndiga como tal reaparece en Europa como una importación culinaria desde el mundo árabe medieval, de hecho nuestra palabra española deriva del árabe al-bunduqa (la bola), aunque esta forma ancestral de preparar la carne se pierde en la noche de los tiempos.
 
 Los higos también son patrimonio cultural de esta parte del mundo; fruta recolectada desde hace 9.000 años, como brevas en Junio y ya maduros hasta mediados del otoño, son múltiples los platos antiguos que los incluyen desde el Indo hasta la Lusitania. Es una fruta que se conserva muy bien seca y permite elaborar confituras y "panes de higo", tortas de higo seco muy nutritivas.
 
 Cómo sería de importante este producto en el comercio mediterráneo para que fuese casus belli a la hora de que el Senado lo incluyese dentro de las razones por las cuales Roma debía de declararle la guerra a Cartago: el control del comercio de los higos...
 
 
Albóndigas de cerdo con higos
- FICVS ET SVILLA-
 
-Para cuatro triclinios-
 
 
¿Qué ingredientes necesito?
 
  • 500 grms. de carne picada de cerdo
  • Piñones
  • Hojas frescas de coriandro
  • Una calabaza pequeña
  • 150 grms. de higos secos
  • Pebrella (en su defecto, tomillo)
  • Mejorana
  • Laurel
  • Una cebolla grande
  • Un bulbo de hinojo
  • Cuatro dientes de ajo
  • Pimienta negra
  • Comino molido
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre balsámico
  • Dos zanahorias medianas
 
¿Cómo lo preparo?
 


Pon a calentar litro y medio de agua.

 
 Amasa albóndigas no muy grandes con la carne picada y las hojas de coriandro y los piñones, pon a calentar una sartén honda con aceite de oliva virgen extra y saltéalas hasta que estén marcadas. Espolvorea una pizca de mejorana y pebrella. Déjalas dorarse a fuego mínimo...
 
 En la marmita pon a calentar aceite. Cuando esté listo echa el ajo en pequeños trocitos y muevelo con brío para que se marque y no se queme. Añade la cebolla y el bulbo de hinojo, ambos cortados muy fino, y el laurel molido. Remueve bien y añade las albóndigas y el aceite sobrante de la sartén y vierte el litro y medio de agua hirviendo. Pela y corta la zanahoria en lonchas y la calabaza en tacos y añádelo todo. Parte cada higo en cuatro piezas (quitando el rabillo, por supuesto) y échalo también al caldo. Como aliño final, añade un chorrito de vinagre balsámico, una pizca de comino y pimienta molida al gusto.
 
 Déjalo cocer a fuego lento, casi mínimo, al menos dos horas, mejor tres, removiendo de vez en cuando. Prueba el caldo a media cocción y añade sal al gusto.
 
 Las albóndigas se impregnan del sabor de la verdura y los higos, así como el caldo se espesa y tiene un paladar muy interesante donde prevalece la mezcla de la calabaza y los higos. Al servir puedes acompañarlo con 50 grms. de trigo tierno o arroz batsmati por persona para conseguir un plato completísimo de carne, fruta verdura y cereal.
 
 
¿Con qué lo acompaño?
 
 
 Como todo buen plato de cuchara, me decanto por un buen tinto. El Hoya de Cadenas Merlot de Bodegas Gandía y el CVP de La Casa de las Vides, ambos de la D.O. Valencia, o el Borsao de la D.O Campo de Borja son buenos caldos en sintonía con este sorprendente guiso.
 
 
FRVI PRANDIVM!
 
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sábado, 26 de octubre de 2013

Así fue la mesa redonda sobre la Valencia romana en Bibliocafé




A las 19:00 era la cita, aunque ya llevaba yo un buen rato allí de charla con Eva y Susana de Vía Heraclia, un proyecto más que interesante para la revitalización del turismo cultural en la Comunitat Valenciana y que, desde aquella misma tarde, cuenta con todo mi apoyo para que llegue bien lejos:



 
Poco a poco se fue llenando el Bibliocafé de amig@s y curios@s.

Así estaba el Bibliocafé...
 Isabel Barceló, moderadora de lujo, dio la palabra a Alejandro Valiño, Catedrático de Derecho Romano en la Universidad de Valencia, quien nos introdujo en qué tipo de ciudad establecía Roma fuera de Italia, cual era su derecho y sus privilegios. Después llegó el turno de Juanjo Seguí, Profesor Titular en Historia Antigua en la Universidad de Valencia y experto en la romanización de las tierras valencianas, quien abundó en la conveniencia de la fundación, los hechos históricos alrededor del hecho y el sistema económico de la Edetania durante la república.

 Tras esta magnífica introducción presenté mi ficción histórica ambientada en aquellos tiempos tan convulsos y legendarios.

Tengo tanto que agradecer que pido disculpas a quien omita en esta lista. A José Luís de Bibliocafé por organizarlo todo, a Isabel, Juanjo y Alejandro por compartir conmigo una mesa tan didáctica y amena en la que aprendí mucho, a Santiago Posteguillo, que hizo un esfuerzo tremendo por estar aquella tarde entre todos los eventos de promoción de Circo Máximo, tremenda novela a la que auguro un éxito superior a Los Asesinos del Emperador, a los compañeros de cálamo Sebastián Roa, Antonio Penadés y Enrique Tomás, lectores y nuevos amigos como Amparo, José Luís, Celia, Malali, Sergio, Santiago, Pili, Eva, Susana, Fuensanta... y a José Ramón de La Casa de las Vides por su estupendo ACVLIVS, un vino digno de las ánforas de mi Cayo Antonio Naso...
 
PLVRIMAM SALVTEM OMNIBVS!!!



Aquí tenéis el estupendo post de Malalí en Escaparate Valenciano:

 
 
 
 



viernes, 25 de octubre de 2013

Guiso de garbanzos con panceta y calabaza



Guiso de garbanzos con panceta y calabaza
 

 Las legumbres fueron, son y serán parte fundamental de la dieta mediterránea. El garbanzo (cicer arietinum) es una legumbre frugal y básica en la alimentación de la Antigüedad, desde el valle del Indo hasta Hispania. Probablemente originario del actual Oriente Medio, pronto se difundió su cultivo por todo el mundo antiguo. Tanto Marcial como Apicio comentan la gran profusión que tenía esta popular legumbre en las cocinas de Roma, comiéndose tostado (como el "porrat" valenciano, reminiscencia de nuestro pasado romano) o cocido (De Re Coquinaria incluye dos recetas suculentas)

 Inspirado en dichos guisos de esta amable legumbre, que sufrió un retroceso en su consumo tras la llegada a Europa de la alubia mexicana, he creado esta receta para chuparse los dedos, fácil de preparar y muy sabrosa de paladar.




Guiso de garbanzos con panceta y calabaza
- CICERIS ET LARDVM PVLMENTVM CVM CVRCVBITA-

-para cuatro triclinios-



¿Qué ingredientes necesito?

  • 500 grms de garbanzos
  • 300 grms de panceta
  • 100 grms de jamón en tacos pequeños
  • Cuatro dientes de ajo
  • Una cebolla blanca grande
  • Dos puerros
  • Una calabaza mediana
  • 1/4 de col lombarda
  • Tomillo, laurel, cardamomo, pimienta, semilla de coriandro y comino molidos
  • Vinagre balsámico, aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal
  • Salsa Thai (o nuoc mam vietnamita, el equivalente actual al garum)
  • Cilantro (mejor hoja fresca, si no es posible, seca)

¿Cómo lo preparo?
 

Pon los garbanzos a remojo entre 10 y 12 horas antes de preparar este guiso.

 Corta la panceta en tacos de un par de centímetros y la salteas en una sartén honda con aceite caliente. Añade sal y tomillo y mantenla a fuego bravo hasta que se dore la carne. Pon la marmita al fuego y échale un buen chorro de aceite. En paralelo, pica los cuatro dientes de ajo y corta fina la cebolla y échalo en la marmita cuando el aceite esté caliente, primero el ajo y, cuando empiece a dorar, la cebolla. Añade al sofrito el laurel, el "garum" y remueve la mezcla a fuego medio.

Pon agua a hervir...

 Mientras la cebolla coge color, corta el puerro y échalo dentro, remueve y vuelca en la marmita la sartén con la panceta. Añade el jamón en taquitos y muévelo todo con brío para que no se queme.

 Con la carne y la verdura en la marmita, echa los garbanzos y cúbrelo todo con litro y medio de agua caliente. Es el momento de añadir la calabaza cortada en dados pequeños y la col lombarda, echar las especies al gusto (una pizca de cardamomo, coriandro, comino y pimienta), las hojas de cilantro y un buen chorretón de vinagre balsámico.

 Cocinando con aguas duras como las de Valencia ha de estar al menos tres horas a fuego lento, pero no más de tres horas y media (un hora menos si el agua es diferente) Prueba durante la cocción y añade sal al gusto...


¿Con qué lo acompaño?

 
 Una cerveza turbia de trigo, hecha a la antigua tipo Caesaraugusta de la firma Ambar (Zaragoza) o Tyris (Valencia), o bien con un vino tinto de uva fragante y autóctona del levante hispano: un bobal de la D.O. Utiel-Requena o un monastrell de las D.O. Valencia, Alicante o Jumilla. Solo de Aranleón, Rafael Cambra nº2 de Ontinyent, El Sequé de Villena o Altos de Luzón de Jumilla serían buenos compañeros de mesa para este exquisito plato de cuchara.


FRUI PRANDIVM!
 
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lunes, 21 de octubre de 2013

Así fue la presentación de Valentia en Hislibris Tabernae



Así fue la presentación de "Valentia, las memorias de Cayo Antonio Naso" en Hislibris Tabernae
 
 
 A las 19:30 todo estaba preparado. La pantalla instalada, el video listo para su reproducción, el vino fresco y el público en su sitio. Tras las presentaciones de rigor por parte de la organización, dimos paso al video que preparó con cariño Guillermo Galván, indispuesto pero presente en alma y tecnología. Tras su ameno relato sobre la introducción de Valentia y su fundamento histórico basado en la primera algarada franca en Hispania (de bárbaros está él muy ducho tras su genial "Sombras de mariposa"), la expertísima Olalla García pasó a la parte republicana del relato, el cuerpo principal de la novela, abordando los detalles de confección que como gran literata que es más le agradaron. "Arqueo-gastronomía", estilo de narración, contexto histórico y curiosidades de la vieja Hispania conformaron el contenido de mi presentación.



 
Con Olalla García y Berta López a punto de empezar

Mi más sincero agraecimiento a Javier Baonza de Hislibris Tabernae por la cálida acogida (y sus exquisitas tapas romanas de moretum), a Carmen Kleker y Alberto Pertejo de Good Books por su constante apoyo y su confianza en mi proyecto, a Berta López por su labor de interpretación, a Paco Valverde de Tumasyo Comunicación por su amistad y apoyo (y el diseño de ese roller tan chulo que tengo a mi lado), a José Ramón de La Casa de las Vides por su fabuloso Aculius y, como no, a todos los que os desplazásteis hasta la Hislibris Tabernae para escucharnos. A todos, organizantes y organizados,
 
¡Gracias amig@s!

 
 
Que Fortuna siempre os sonría...




jueves, 10 de octubre de 2013

VALENTIA en HISLIBRIS TABERNAE



 El próximo Jueves 17 de Octubre a las 19:00 horas presentaré la nueva edición de Valentia, las memorias de Cayo Antonio Naso en la Hislibris Tabernae acompañado de dos buenos amigos, a la par que autores admirables, Olalla García y Guillermo Galván.



Con la colaboración de Good Books, Hislibris Tabernae y La Casa de las Vides

 
 
 
 
 
 

miércoles, 9 de octubre de 2013

Olla setabense


 
Olla setabense
 
 
 Hoy en "Comer como los antiguos" abordaré un guiso al estilo del interior, donde se combinan los productos de la huerta con la carne de ternera, una receta que sería exclusiva de día de fiesta, pues la base alimenticia diaria de la Antigüedad no pasaba de las legumbres y los cereales. Antes de la llegada de la patata, el nabo y la chirivía eran los tubérculos estrella de la dieta. Las calabazas, zanahorias y apios son verduras endémicas en el Mediterráneo y han estado presentes en la gastronomía local desde la noche de los tiempos.

Hércules (original de Lauro, Llíria, hoy en el MAN de Madrid)

Olla setabense
- PVLMENTVM SETABENSE -
 
-Para cuatro triclinios-
 
¿Qué ingredientes necesito?

  • 500 grms de ternera para guisar
  • Una calabaza pequeña
  • Una cebolla
  • Un puerro
  • Un nabo
  • Una chirivía
  • Dos zanahorias medianas
  • Tres tallos de apio verde
  • Cinco dientes de ajo
  • Un par de hebras de Azafrán
  • Pasas moscatel
  • Pebrella, orégano, laurel e hinojo
  • Pimienta y comino
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Vinagre balsámico

¿Cómo lo preparo?
 

 Pon la marmita al fuego y echa en el aceite caliente los ajos picados. Cuando estén dorados añade la cebolla y el puerro troceados y espolvorea con laurel molido. Remueve con brío hasta que poche. Baja el fuego al mínimo. Mientras, en una sartén honda o wok dora la carne cortada en pequeños trozos, echa sal al gusto y la pebrella y el orégano. Cuando la carne esté hecha vierte el caldo que suelta y los trozos a la marmita. Echa un litro de agua caliente y toda la verdura troceada en lonchas o dados (las zanahorias, el nabo, la chirivía, el apio y la calabaza) Añade un chorretón de aceto balsámico, las pasas, una pizca de comino y pimienta al gusto.

 Cuando rompa a hervir añade el azafrán o colorante y deja a fuego lento tanto tiempo como puedas, vigilando que no se evapore toda el agua y se queme. Como todo puchero, está más bueno si te lo comes el día después de hacerlo. Para servir este rico estofado puedes acompañarlo de arroz basmati (aromático o thai) o trigo tierno.


¿Con qué lo acompaño?


 Siendo comida de cuchara, de la que se agradece más en invierno que en verano, lo suyo sería un tinto local, un Penya Cadiela de Alcoi, D.O. Alicante, Megala de Enguera o un Rafael Cambra Nº 2 de Ontinyent, ambos de la D.O. Valencia, vinos con aroma y cuerpo que complementan muy bien este guiso.


FRVI PRANDIVM!


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